La televisión en los tiempos de la globalización

La televisión local actual vive un abaratamiento en términos de producto cultural, a la vez que realiza grandes inversiones económicas para lanzar formatos como reality’s y talk shows. Por otra parte, diversos programas se alimentan de estos productos y buscan rating a cualquier precio ¿Cuáles son las razones de estás tendencias, en algunos casos originadas en el exterior?

Los numerosos estudios que a lo largo del tiempo se encargaron de analizar las funciones de la televisión, sostienen que es un medio creado con el fin de formar, informar y entretener.
De origen contemporáneo, es uno de los modos mas completos de transmisión de contenidos (en conjunto con el posterior avance de la computación e Internet). Rápidamente este aparato, se convirtió en el medio masivo por excelencia. La atracción que la imagen genera es una de las características principales, dentro de un mundo donde prevalece lo visual.
Pero pareciera ser que la realidad que se vive, la introdujo en una situación en la cual prioriza una de sus funciones por sobre las otras: entretener.
El hombre es actualmente un consumidor dentro de la sociedad. Esto lleva a que los productos televisivos estén preocupados por satisfacer constantemente la demanda del cliente. Lo cierto es que también forma e informa, pero no es su prioridad.
La Periodista Soledad Rita Romero, especializada en Comunicación y Cultura opina: “Creo que la tele da cuenta de la gramática que asume la pregunta por el ser en estos tiempos, ni más ni menos. Así es que pensar la tele implica disponer el pensamiento bajo la conjugación propia de la contemporaneidad: tensiones entre globalización y localismos, inmediatez, visibilidad y por supuesto tecnologías”.
Al analizar algún emergente de un determinado momento histórico, es inevitable observar su contexto. Por ello es que las características de la sociedad actual se reflejan en sus objetos culturales. “Es un producto más del mercado de consumo, y al ser masivo tiene un alcance y una influencia muy importante en la sociedad. Muchas veces reproducimos lo que dice en ella, sin profundizar demasiado. La televisión proporciona imágenes y símbolos a mucha velocidad y casi nada de contenido”, agrega el Licenciado en Sociología Andrés Vallejo.
Por estas cuestiones, se podría decir que hay una decadencia de los productos culturales televisivos locales, ya que el interés no es ser un instrumento transmisor de cultura, sino seguir las pautas que arroja la realidad. Ante esto, Pita Romero sostiene que hacer televisión en tiempos de diversidad, multiplicidad, y a la vez de globalización y de mercado implica una conjugación muy compleja que, paradójicamente desemboca en un producto estándar a la medida de la media, que mantenga conectado el mayor nivel de audiencia y que sea atractivo para los sponsors.

El segundo de fama

Dentro de la gramática mencionada, un fenómeno que no se puede dejar fuera del análisis es el de los reality’s y talk shows. Estos formatos introducen gente anónima que cuenta sus problemas cotidianos o compite con otras personas frente a una cámara, por un premio final. Actualmente es un producto muy rendidor en todo el mundo y hace algunos años se instaló en La Argentina.
En vísperas de la segunda mitad del siglo XX, se registró el primer formato de este estilo en tierra estadounidense. Hacia 1948 aparece “Candid Camera”, un programa que realizaba cámaras ocultas en la calle y molestaba a la gente que encontraba al pasar, algo similar a lo que Tinelli hacía en los ’90 con Videomatch. Luego surgieron las transmisiones de Miss América y otros productos que introducían gente común, como algo novedoso. Pero los avances más significativos, que repercutieron en el modelo de reality actual, se dieron en Holanda a partir del año 1991. “Nummer 28” encerraba a siete extraños en una casa y su vida trascurría allí por algunos meses. Con esta idea previa, nació ocho años después “Gran Hermano”, el más exitoso de todos los reality’s en el mundo con seis ediciones en nuestro país.
“Pienso que la televisión necesita generar identificación, para poder captar la atención de la audiencia. Los reality’s son producto de lo que vende hoy, la gente quiere verse reflejada, sentirse identificada y decir: ‘yo también puedo ser como él, yo también puedo ser alguien famoso’, en definitiva ser reconocido”, afirma Vallejo. Por su parte Pita Romero habla del retorno de lo arcaico que tiene que ver con lo tribal, lo nómade, la valoración positiva de lo hedonista, lo sensual, lo inmediato. Manifiesta que por eso es que en la tele resultan tan identificadoras propuestas en las que se habla de las emociones, en donde se expone “la vida misma” y se juega el aquí y el ahora sin más proyecto que “el segundo de fama”, ganado a golpes de impactos, y todo monitoreado “minuto a minuto”.
Estas cuestiones incrementan la idea de un abaratamiento televisivo en términos de producto cultural. Si se piensa en superproducciones locales donde se construye una casa que hace las veces de escenario, hay además un estudio, un panel que opina y el pago de los derechos de autor, económicamente puede resultar mucho más costoso que hacer otro tipo de formatos, pero culturalmente hay una dejadez importante.
Sobre este tema la Periodista considera: “Creo que las productoras son empresas y creo que saben jugar el juego del mercado para ganar. Hay programas con producciones carísimas y, aunque espectaculares, sólo juegan la carta del impacto. Y creo que hay otros -como el queridísimo género de la entrevista, por ejemplo- que sólo con una silla, una mesa, un periodista inteligente, sensible y que sepa escuchar, mantiene ‘hechizada’ a la teleaudiencia y dispone un espacio para la reflexión. Recordemos a Jesús Quinteros y su ‘Perro verde’, a Lanata con ‘La Luna’, el ‘A solas’ de Guerrero Martineitz. Hoy a Rolón, y tantos otros”. Desde otra perspectiva, Vallejo argumenta que en algunos casos el abaratamiento es una consecuencia, que obviamente el empresario siempre quiere bajar costos y aumentar su ganancia y con esto se beneficia.

Contar el cuento de la realidad

Al enfocar la mirada en otro ángulo, se puede ver como la televisión de aire –y en menor medida la de cable- refrita sus contenidos a toda hora. Actualmente todos quieren tener las imágenes de lo que ocurrió la noche anterior en Showmatch con sus concursos, o lo que dijo tal o cual participante. No importa la hora en la que uno se siente frente a la pantalla chica, porque cuando se la encienda, va a presentar algún resumen diario. A la mañana Telefe hace su aporte con “AM”, la tarde es la repetición por excelencia con “Intrusos” en América y “Los profesionales” en Canal 9, y por la noche “RSM” y “Bendita TV” se reparten la tarea en América y Canal 9 respectivamente. Hace algunas semanas el “Duro de domar” de Canal 13, volvió a ocupar el lugar que faltaba: la medianoche. Pero esto no termina con los programas semanales, porque el fin de semana también tiene su lugar con el ya histórico “TVR” de canal 13 y “Zapping” de Telefe. Una grilla completa, que se retroalimenta todo el tiempo.
Sobre esto Pita Romero dice: “En tiempos de comunicación globalizada, el modo de ser está entramado con los medios. La tele no es prioritariamente refleja, es preformativa, hace realidad. Se trata de pensar los medios en términos de construcción y no de literalidad. El término reflejo supone un modelo que pregonaba el intento por la objetividad absoluta. Este modelo ya no es pensable al interior del paradigma de la sociedad de la información: multicultural, divergente, etc. Hay líneas editoriales que gravitan en los enfoques a la hora de ‘contar el cuento de la realidad’, como sintetiza García Márquez desde sus aulas en la Escuela de Nuevo Periodismo que dirige en Cartagena, Colombia. Así es que los medios piensan sobre sí mismos, reflexionan sobre su propia condición”.
Vallejo piensa que el caso de los resúmenes, tiene que ver con la dificultad que presenta el medio de captar la atención del televidente y en el contexto en el que se vive. Declara que actualmente la audiencia se cansa más rápido, es más inquieta e hiperactiva. Por otro, lado no tiene tanto tiempo real para estar frente a una pantalla. Lo de refritar, afirma que puede tener que ver con repetir los programas que tuvieron éxito, con los costos del canal y quizás con la falta de ideas.
Ante esto ¿Se puede decir que la televisión que tenemos es la que imponen los productores o la que la sociedad pide? “De esto se ocupan las teorías culturales. La teoría de la Escuela de Frankfurt diría que es la que nos imponen, igual la de la Dependencia. Pero la Culturológica diría que el receptor no es pasivo. Depende del punto de vista desde donde se asuma el análisis. No hay respuestas unívocas. Hay construcciones, hipótesis que explican un fenómeno desde diferentes abordajes complementarios. No hay blanco y negro, hay construcciones conceptuales que nos organizan posibles mapas de sentidos para repensar un fenómeno complejo, que no se agota en una sola posibilidad”, enfatiza con seguridad Pita Romero.
A su vez, otro interrogante que surge es si la televisión es el reflejo de la realidad. Hay que tener en cuenta que es un emergente de la cultura contemporánea y que no puede ser analizada en forma aislada, por ser algo que aparece a partir de la vida en sociedad. Sobre esto y en relación con lo anterior, la Periodista especializada en el ámbito cultural cree que en ella se construye un relato de la realidad, a partir de determinados modos de ver, de enfocar. También agrega que no hay un relato único que de cuenta de “la realidad social” y tampoco hay “la realidad social” como categoría absoluta. Para finalizar asegura: “Se trata de una sola trama compleja de doble hilo -los medios y la vida- que intenta dar cuenta del ser humano y sus circunstancias: movimiento puro, cambio permanente. Una maravilla inabarcable”.

El problema del INDEC

La credibilidad del instituto pende de un hilo. Desde hace varios meses la intervención del Gobierno Nacional en el organismo, produjo más problemas que soluciones. La manipulación de las estadísticas se convirtió en un tema de importancia, para una sociedad que se encuentra informada por medios que apoyan o cuestionan la intervención


Confundir Estado y Gobierno es una constante que se repite, cuando no se sabe bien que implica cada uno. Si bien el segundo forma parte del primero, no son sinónimos. Estado es el conjunto de instituciones que ejercen la administración y aplican las leyes sobre la población residente en un territorio delimitado, mientras que el Gobierno es sólo una de esas instituciones que ejerce el poder y la conducción política.
A veces las acciones de Gobierno contribuyen a la confusión. La intromisión del poder de turno en organismos estatales, genera desorientación en algunos sectores y enojo en otros. Pero además los medios pueden contribuir o eliminar esta confusión al aclarar los tantos.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) es el organismo público, que se encarga de unificar la orientación y ejercer la dirección superior de las actividades estadísticas oficiales, que se realizan dentro de la República Argentina.
Su funcionamiento está reglamentado por ley, la cual le confiere la responsabilidad directa en el diseño metodológico, organización y dirección de los operativos nacionales de relevamiento. Estos los realiza a través de censos y encuestas, de los que surgen indicadores básicos de orden social y económico, como así también otras estadísticas básicas.
El INDEC tiene la responsabilidad de coordinar el Sistema Estadístico Nacional, bajo el principio de centralización normativa y descentralización ejecutiva. Esto significa que es responsable del desarrollo metodológico y normativo para la producción de estadísticas oficiales, asegurando la comparabilidad de la información originada en distintas fuentes.
Durante la presidencia de Néstor Kirchner, el Secretario de Comercio de la Nación, Guillermo Moreno, fue puesto a cargo del organismo oficial. A partir de ese momento los números emitidos entraron en un mar de dudas, del cual todavía no consiguen salir. La oposición y por sobre todas las cosas la sociedad, comenzó a descreer los datos proporcionados por el INDEC.
Este fue el suceso que marcó el cambio. La intromisión del Poder Ejecutivo en instituciones que no le corresponde coordinar, es el principal cuestionamiento. A pesar de que se lleve adelante una correcta gestión o genere el descreimiento actual, la intervención nuca debería darse.
Las principales dudas se generan por el índice de inflación. Este número implica muchas cosas para el país. La primordial preocupación del Gobierno Nacional es que la deuda externa está atada a este índice, cada punto que aumenta significa una deuda mayor. Pero por otro lado, un dato menor al real, no reconoce la verdadera cantidad de pobres e indigentes que hay en nuestro territorio. Por ello, si se dice que para conseguir la canasta básica de alimentos se necesita menos plata de la real, se esconde una franja de la población que no estaría llegando a ella.
Las sospechas son generadas en primer lugar por los manejos del Gobierno nacional en el organismo público. Moreno desplazó a ciertos empleados y puso a cargo a otros. Uno de los casos de mayor resonancia fue el despido de la directora Graciela Bevacqua, que en enero de 2007 fue reemplazada por Beatriz Paglieri, una persona vinculada políticamente con el Secretario de Comercio.
Luego de las denuncias de algunos empleados y de la oposición, en abril de 2007 el fiscal federal Carlos Stornelli, abrió una causa por violación y manipulación del secreto estadístico, involucrando al secretario Guillermo Moreno, a la nueva interventora Beatriz Paglieri y a la directora Ana María Edwin.
El problema es que los índices oficiales son cada vez menos creíbles por la diferencia con las mediciones privadas y la percepción de la gente en la vida cotidiana. Así el Gobierno Nacional pierde credibilidad y no se observan soluciones a corto plazo.
El INDEC informa que en lo que va del año la inflación apenas llega a los dos dígitos, mientras una gran cantidad de consultoras privadas de todo el país sostienen que el número trepa al 25 por ciento anual.
Ante esto, los medios periodísticos no se quedan afuera y también toman partido. Pero cuál es el tratamiento informativo de la inflación, según los datos del INDEC, en diarios como Página 12, El Economista y Crítica.
En este problema, el rol de los medios también es crucial. Apoyar la intervención del instituto, no sólo implica ser partidario de las acciones del Gobierno, sino fomentar la confusión y mostrar la superación de los límites entre Estado y Gobierno, como algo cotidiano. Analizar como encausar el INDEC, puede ser una de una de las dificultades, pero nunca se podrá llegar a una solución si no se observa la raíz del asunto.
Algunos medios como Página 12 son totalmente funcionales a la información transmitida por el Gobierno. Por otro lado, El economista se muestra un tanto imparcial aunque no esconde sus reproches. Mientras tanto, Crítica se mantiene en una marcada oposición.

El papel de los medios

Página se encarga de defender la acción del Gobierno, aunque culpa al organismo. La técnica del diario es argumentar que ni la presidenta cree en los datos del INDEC, y así desliga la responsabilidad del Gobierno: “El índice de inflación que elabora el INDEC se convirtió desde hace bastante tiempo en un dolor de cabeza para el Gobierno y desde hace menos en un tema de debate interno”, expresa en una de sus notas sobre la cuestión. “La situación del INDEC es sumamente grave porque los indicadores de precios no son creídos ni por el propio gobierno”, agrega. Además muestra una intención por cambiar esta situación al exponer que el Gobierno resolvió que la conducción del organismo empiece a dar explicaciones de los informes que produce, en un intento por recuperar la confianza.
Pero el medio nunca se ocupa de la equivocación del Gobierno. La omisión es una constante en Página, y el problema se focaliza desde otro ángulo, es decir, uno favorable al Gobierno, que no cuestione su accionar.
Por otro lado le apuntan a Guillermo Moreno. Dicen que su intervención perjudica la imagen del Gobierno Nacional. Página piensa que no le será fácil al instituto remontar la cuesta que se hizo mayúscula a partir de la polémica intervención del secretario de Comercio Interior. El tema es que no cuestiona la intervención como motivo de la crisis, sino la figura de Moreno.
Sin embargo cada vez que Cristina Fernández habla en conferencia o da declaraciones a algún medio, el respaldo de la Presidenta al organismo es total, y eso es reflejado por Página. Esto demuestra que el medio le busca el lado positivo a la acción de la presidenta y aunque no lo mencione, su descontento por el organismo existe, pero se expresa que no es culpa de ella.
Puntualmente las críticas hacia la inflación son defendidas por dos puntos centrales. En primer lugar una de las posturas que se toma, al publicar la opinión de expertos y funcionarios, es la del crecimiento económico: “Jamás se ha combatido la inflación diciendo que se debe al crecimiento económico de las ganancias”, sostiene el economista Mario Report en una nota escrita para el diario. Por otro lado, se dice que desde hace más de dos años, la sociedad argentina vuelve a discutir el tema de la inflación, apareciendo ésta como eje central del devenir económico. La otra actitud que empezó a demostrar en los últimos meses es el del enfriamiento de la inflación. Página sostiene que es cada vez menor. Con títulos y frases como “La canasta cada vez mas barata” , “Otro mes con la inflación bajo control” y “La inflación se está pinchando”. Aquí no solo se elimina la intervención, y la inflación como problema, sino que ya no hay aspectos negativos. La “crisis” se da por la productividad de la gestión.
Pero la defensa no termina allí. Decir que la inflación cede y publicar los números, no expone juicios de valor sino datos. Pero como el medio sabe que el problema es el de la credibilidad, busca los tan mencionados índices de las consultoras privadas y así llega a argumentos como el siguiente: “Pagina 12 recabó información de todos ellos (los índices extraoficiales), con los resultados que presentaron para los meses de Junio, Julio y Agosto. En total son 13 fuentes distintas, incluidas provincias tan ajenas al Gobierno Nacional como San Luis, Santa Fe y Tierra del Fuego. La coincidencia es absoluta. Todos muestran que los precios suben cada vez más despacio”.
De todas formas, siempre se buscan culpables y para Página no es sólo el INDEC. Destaca la responsabilidad de los bonistas y acreedores de la deuda externa, que al mantener atados sus pagos a la inflación, fomentan el descreimiento del instituto y apoyan las mediciones más altas. Pero como hay culpables, también hay salvadores. La aparición del nuevo jefe de Gabinete Sergio Massa representa para el medio la persona que viene a poner las cosas en su lugar: “Al comienzo de su gestión, Massa deslizó que había cosas para corregir en el INDEC y no defendió a Moreno. Anteayer, cuando se conoció que la inflación de Julio fue del 0,4 por ciento, el jefe de Gabinete no podía ocultar su malhumor ante su gente de confianza, aunque nunca lo hará público”. Definitivamente, para Página es importante reflejar que un funcionario de este Gobierno trabaja para recuperar la credibilidad del organismo, cuestión que sería resuelta con la independencia del mismo.
Por su parte, El economista presenta casi todas las semanas informaciones dedicadas al INDEC. Trata de no entrar en polémicas personales, sino analizar la información presentada sin demonizar al Gobierno, pero critica algunas cuestiones fundamentales.
Principalmente se habla de una decepcionante imagen del instituto. Sostiene que la brecha entre la inflación percibida en las empresas y la publicada por el INDEC es ahora de casi 15 puntos porcentuales, mientras que hace un año era de ocho puntos. La principal diferencia con Página es que lejos de defender a la Presidenta, critica que Cristina Fernández no hable de la necesidad de un cambio: “Lo que causa sorpresa es que la Presidenta y los funcionarios con responsabilidad en las cuestiones económicas casi no hablen del tema”. Según El economista, para el Gobierno lo peor de la inflación ya pasó.
Contrariamente, el medio refleja que Cristina Fernández cree que los números del INDEC no están alejados a los reales:“Invitamos a empresarios que tengan equipo que lo envíen al INDEC para que los científicos le expliquen nuestra metodología, sin temores, sin fantasmas”, reprodujo el medio las palabras de la Presidenta.
Luego surge una teoría no barajada por el medio anterior. Se dice que la manipulación de los índices apareció por la necesidad de ganar la elecciones presidenciales de 2007, que hasta fines de 2006 casi no había diferencias entre el dato del INDEC y la percepción de las empresas: “Fue precisamente la cercanía del proceso electoral de 2007 el factor que alentó la manipulación de los índices. Pero el tema no se normalizó luego del resultado electoral favorable sino que se mantuvieron distorsiones”.
Hasta el momento, lo más cercano a encontrar la causa de los males. Se explica el motivo, pero no se culpabiliza la acción. No hay una argumentación que refiera a la penetración en el Estado.
En definitiva se responsabiliza al Gobierno, pero sin denunciar más de lo que se comenta y proclama que es necesario que éste evite una espiral inflación-devaluación, y se sincere el INDEC a la vez que se desarrolle un plan creíble de combate a la inflación. Con esto demuestra retornar a la superficialidad del tema sin ir al centro de la cuestión.
Por último Crítica no escatima a la hora de exponer las falencias de este Gobierno y denunciar algunas cuestiones. El medio expresa un total descreimiento hacia el INDEC, dice que el Instituto Nacional de Estadística y Censos, intervenido por la secretaría de Comercio desde Enero pasado, publica relevamientos muy poco creíbles. De entrada toma partido y acusa al Gobierno de tener la responsabilidad total del asunto. Además habla del peligro de la inflación: “Por el default y las dudas sobre el INDEC, no hay financiamiento para el país”. Crítica por su rol de opositor, es quien mas se acerca a cuestionar la intervención del Gobierno. Aunque no se preocupa por hacer una exposición detallada de las funciones del Poder Ejecutivo, explica claramente que el problema surge de la desacertada decisión de intervenir.
Uno de los elementos más representativos a la hora de analizar el medio es la ironía y la acidez con la que se mencionan algunas cuestiones. Cuando se habla de Guillermo Moreno, la palabra que lo reemplaza es “Patota”, y cuando se mencionan los índices del INDEC, se habla de “lápiz mágico”. Algunas de las frases destacables son: “El país de las maravillas que describen las estadísticas de Moreno se completó con descensos en Julio en las canastas que miden la indigencia”, y cuando se mencionó el posible reemplazo de Moreno Crítica dijo: “Se busca jefe para el INDEC, joya nunca Patota”.
Otro de los caballos de batalla es la comparación con los índices de consultoras privadas y opiniones de empresarios, con los números del INDEC. Crítica afirma que las provincias con gobernadores opositores son las que muestran más estadísticas reales en contraste con las del instituto. Una encuesta revelada por el medio demuestra que el 93 por ciento de los empresarios dicen que la inflación es el mayor problema económico. Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Argentina sostiene en una nota: “No se lo que piensan los demás empresarios, para mi la inflación es del 30 por ciento. Lo noto a diario cuando mis mucamas van al supermercado y vuelven con el ticket de las compras”. Pero como el problema de la inflación no sólo implica un aumento de precios, Crítica también se encarga de tratar el tema de la pobreza: “Según estimó el Instituto de Estudios y Formación de la CTA, que conduce el diputado Claudio Lozano, la manipulación de los precios permite que el Gobierno oculte dos millones y medio de pobres y un millón ochocientos mil indigentes”.
Otra de las estrategias utilizadas es la de exponer la opinión de algún funcionario del oficialismo que esté en contra de algunas políticas de Gobierno. El caso de una diputada Kirchnerista le sirve al medio para conseguir lo que pretende. Victoria Donda, es una diputada K que ahora critica al Gobierno. Dice que hay más inflación que la que expresa el INDEC. Además que los números de la pobreza son “frios” y que la inflación en muchos casos le gana al salario.
Por otro lado, una técnica interesante es la de mencionar las disputas internas del organismo y la intención de seguir o no la línea marcada por el ejecutivo: “Los embates contra Guillermo Moreno en el Gabinete nacional ya tienen su impacto en la conducción del INDEC. La encargada de medir la inflación, Beatriz Paglieri, amenazó con renunciar por un cortocircuito con una funcionaria respaldada por el gremio oficialista UPCN”.
Este es el caso más cercano que demuestra el problema. Entrar en la cocina del INDEC y expresar la posición de sus empleados, hasta los que no están alineados en el oficialismo, demuestra el perjuicio que el Gobierno le causa.
Para Crítica una de las estrategias que estaría tomando el Gobierno es que algunos funcionarios del oficialismo cuestionen el funcionamiento del instituto, para que la Presidenta tenga argumentos para realizar cambios, luego de que dijera que no se necesitaban: “En un intento por mantener la iniciativa, desde la propia Casa Rosada salió la indicación para que algunos escuderos del oficialismo comenzaran a criticar públicamente el funcionamiento del INDEC, de manera tal de preparar el terreno para futuros cambios”.
En definitiva el INDEC seguramente seguirá así, mientras la intervención del Gobierno Nacional continúe. Como sociedad civil debemos saber que la acción del Gobierno no es correcta. No se trata de una postura cerrada de decir simplemente que está mal. Sino que implica un gran perjuicio para el país. El intervencionismo estatal cambia las señales del mercado, al no dejar que un organismo funcione libremente. Esto crea incertidumbre y es un camino de ida, porque a partir de ahí ya no se sabe cuando lo que se dice es real o no. Se puede ver claramente con el tema de la deuda externa o desde otro lado con las inversiones. Un país que no genera credibilidad, tampoco consigue la confianza de quienes poseen las divisas par invertir.
Lo importante es que los medios comuniquen responsablemente y aunque tomen partido, digan cómo y por qué se llegó a vivir el momento actual. Que página 12 culpe a Moreno, defienda a la Presidenta y crea que Massa es el salvador, no es una falta hacia la verdad. Estas son conjeturas en las que uno puede adherir o no. Pero tratar de defender los números del instituto, darle importancia a la comparación con otras mediciones solo cuando es favorable y no tratar como se debe el gravísimo hecho de la intervención, es una falta.
Entrometerse en la vida privada del prójimo no está bien. Muchas veces se escuchan estos cuestionamientos. De la misma forma la relación Estado-Gobierno podría representar perfectamente una relación humana, en la que el Gobierno está en falta. Pero no sólo el Gobierno tiene cosas por mejorar, el papel de los medios es trascendental para abrirle los ojos a la sociedad y llamar las cosas por su nombre. Muchas veces la complicidad de los mismos es peor que el acto en sí. Si cada uno con su rol no coopera, el resultado es un país que se destruye puertas adentro. Siempre hay cosas para mejorar y si se quiere salir de esta crisis hay que replantearse qué parte le toca a cada uno como sociedad. Desde el poder de turno, los medios y la gente.

De la propaganda a la publicidad

El Poder Político: ¿En búsqueda del bien común o responsable de los males de la sociedad?


El mundo presenció a lo largo siglo XX sucesos que produjeron modificaciones en las diferentes culturas y sociedades contemporáneas. La Argentina no fue la excepción, durante los últimos cien años el país consiguió grandes avances, como así tambien retrocesos , que le fueron dando forma la actualidad que hoy vivimos.
La política entendida como la búsqueda del bien común, es uno de los aspectos en los que se refleja el crecimiento de una sociedad. En nuestro país podemos mencionar una cantidad considerable de hechos que marcaron el camino en la historia.
Pero la historia a veces se construye con manchas, que son difíciles de borrar o superarlas. Sin lugar a dudas, uno de los períodos mas nefastos fue el que ilustró el último gobierno militar. El proceso marcó un antes y un después en todos los aspectos de la sociedad local.
La vuelta de la democracia significó una importante transformación, luego de seis años de dictadura en la que la mayor parte de los derechos de los ciudadanos se vieron coartados. La forma de hacer política sufrió una de las variaciones mas representativas.
Terminado el llamado Proceso de Reorganización Nacional, había que generar un cambio radical en la forma de manejar el poder, y en ese cambio tuvo que entrar la forma de publicitar a un político.
En 1983 el publicista David Ratto aparece en la escena de la comunicación política con la campaña de Alfonsin y establece una nueva forma de mostrarle al público un candidato. Ratto utiliza técnicas cláramente publicitarias para llegar a los ciudadanos y distingue a los diferentes públicos, estableciendo una segmentación en los distintos mensajes.
A partir de ese momento, las campañas electorales tomaron otra postura y los políticos se asemejaron cada vez más a lo que puede ser un producto de supermercado. Drante los 90', en el país, pareciera que la publicidad se comió poco a poco a la propaganda en términos comunicacionales.
Pero este proceso no concluyó ahí. El 2001 fue otro año muy importante para el país, signifió un corte entre la sociedad civil y la sociedad política. Cuando las herramientas publicitarias parecian tener cada vez mas en claro cuál era el mensaje que debían venderle a la gente, el colapso que sufrió La República con el comienzo del nuevo siglo, generó un total descreimiento en toda la ciudadanía que modificó algunos aspectos en esta particular relación.
Con las últimas elecciones la sociedad política tuvo que prescindir del abuso de los medios de comunicación, para emitir una campaña mucho mas moderada, porque la sociedad civil se cansó del bombardeo publicitario y de la política en general.
Al ciudadano no le importa que el candidato le ponga en la calle el afiche más lindo o la frase más inteligente, sino que elige al tener en cuenta otros criterios. Lamentablemente esos criterios tienden cada vez mas a la idea de “voto a este porque es el menos peor”, cuestión de la cual no se puede culpar al electorado.